Mitos de la mamografía: ¿puede producir cáncer?
En la carrera contra el cáncer de mama, su detección temprana se alza como un objetivo prioritario. Entre las diversas herramientas disponibles, la mamografía se destaca como un estudio crucial.
La mamografía, una radiografía especializada de la mama, se utiliza para detectar posibles anormalidades y evaluarlas en busca de lesiones sospechosas. No obstante, a pesar de su relevancia, han surgido inquietudes y mitos, especialmente relacionados con la radiación y la posibilidad de producir cáncer.
La importancia de la mamografía
La mamografía es un procedimiento indoloro y rápido que implica obtener imágenes detalladas de tus mamas, a través de rayos X de baja dosis. Estas imágenes proporcionan una visión interna de tus senos, permitiendo identificar posibles irregularidades no palpables durante un examen físico.
La mamografía es capaz de descubrir crecimientos anormales en sus etapas iniciales, antes de que se manifiesten síntomas del cáncer de mama.
Esta anticipación es esencial para un tratamiento efectivo y para mejorar las probabilidades de supervivencia.
Algunos de los aspectos más destacados que nos demuestran su importancia son:
- Detección temprana de cáncer de mama: la mamografía puede identificar anomalías, como microcalcificaciones o masas, que pueden ser signos iniciales de cáncer antes de que sean palpables.
- Control y seguimiento: es una herramienta valiosa para monitorear y hacer seguimiento de posibles cambios en tus senos a lo largo del tiempo. Especialmente si tienes antecedentes familiares de cáncer de mama.
- Detección de otras lesiones: también puede identificar calcificaciones, quistes, tumores benignos y otras afecciones mamarias.
- Inteligencia Artificial (IA): la IA aplicada a las mamografías mejora la detección temprana de cáncer de mama al analizar imágenes de manera más precisa, identificando incluso pequeñas anomalías que podrían pasar desapercibidas por el ojo humano.
¿La mamografía puede producir cáncer?
No. Esta preocupación se fundamenta en el temor a la radiación de los rayos X utilizados en este estudio. Sin embargo, es esencial que comprendas que las dosis de radiación empleadas en una mamografía son mínimas y están cuidadosamente reguladas para garantizar tu seguridad.
A diferencia de otras fuentes de radiación más potentes, la radiación de los rayos X en una mamografía es mínima y está focalizada en tus senos, evitando una exposición generalizada al cuerpo.
Al respecto, en un artículo publicado recientemente por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke se ha demostrado que:
“La mamografía digital moderna utiliza dosis de radiación muy inferior al límite máximo. Se calcula que una mujer que se someta a una mamografía anual, desarrollará un cáncer inducido por la radiación una vez cada 97.000 años. El riesgo de lesiones inducidas por la radiación es extremadamente bajo.”
¿Qué es la radiación y cómo se aplica en la mamografía?
La radiación utilizada es una forma de energía en el espectro electromagnético que comprende los rayos X de baja frecuencia. Esta radiación es empleada de manera localizada en la realización de la mamografía.
Se dirigen haces controlados de radiación hacia las mamas desde una máquina especializada. La cantidad de radiación empleada es mínima, específica y suficiente para obtener imágenes detalladas y claras de las mamas.
Las dosis de radiación que empleamos son rigurosamente reguladas y monitoreadas, asegurando que se mantengan en un nivel seguro. Esta supervisión garantiza que tu exposición a la radiación no represente riesgos significativos.
Beneficios de la Detección Temprana del Cáncer de Mama
Cuando el cáncer se detecta en sus etapas iniciales, la supervivencia se incrementa significativamente. Los tratamientos en las fases iniciales suelen ser más efectivos, lo que puede traducirse en una mayor tasa de supervivencia. De hecho, según la Sociedad Americana del Cáncer:
“Cuando el cáncer de mama se detecta precozmente y está en fase localizada, la tasa de supervivencia relativa a 5 años es del 99%”.
Tratamientos menos agresivos
Tratar un cáncer en sus etapas iniciales a menudo significa que se pueden utilizar métodos menos agresivos, evitando procedimientos invasivos y reduciendo el impacto en tu cuerpo. Esto, en última instancia, mejora tu calidad de vida durante y después del tratamiento.
Reducción de gastos médicos
Las terapias en etapas iniciales suelen requerir procedimientos menos invasivos y tratamientos no tan extensos, lo que se traduce en la reducción de gastos médicos a largo plazo. Esto no solo alivia la carga financiera, sino que también te permite concentrarte en tu recuperación.
Para nosotros, el cuidado de tu salud es primordial, y es por ello que te alentamos a que te realices la mamografía anualmente, especialmente si tienes más de 40 años. Esta práctica, sin duda, se convierte en una invaluable herramienta de detección temprana que puede marcar una diferencia significativa en tu vida.
Consulta cualquier duda o preocupación que tengas sobre la mamografía y tu salud mamaria con profesionales médicos. Conoce la red de aliados Radiocare y contacta al hospital o centro de salud más cercano a ti. Nuestros aliados podrán acompañarte en tus estudios y te brindarán atención radiológica y de imagen de excelencia.